lunes, 30 de abril de 2012

Vagabundo

Como todas las noches camino hacia el mismo lugar,
con mi cama en el hombro y la sabana por igual,
entro a mi hogar por la puerta de cristal que está tan limpia que ni la puedo sentir,
me siento y echo el polvo mágico en el piso,
lo aspiro y siento que el mundo da vueltas.

Entro a un mundo diferente,
veo unicornios y caballos rosados invisibles,
mi país con un olor diferente,
huele a paz,
veo un presidente interesado en su pueblo
y un pueblo sin necesidades.

Cuando pasa el efecto lloro,
porque solo con magia puedo ver cosas tan bellas,
me golpea una realidad triste,
recuerdo que solo soy un caminante solitario
que se encuentra con otros soñadores.

Llamo hogar a esta esquina fría
porque aquí puedo soñar y sentir paz,
si tengo familia,
bueno... Tengo personas que comparten el mismo ADN y grupo sanguíneo que yo,
por eso todas las noches vengo al mismo lugar... A Soñar.

Al amanecer limpio mi centro de sueños
y se lo entrego a su verdadero dueño,
una persona que no puede soñar como yo lo hago,
regreso con mi cama y sabana al hombro,
las coloco en el mismo lugar para buscarla en la noche
y entro a un lugar donde los sueños son prohibidos.





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